martes, 1 de septiembre de 2009

LA ENVIDIA, ENFERMEDAD TERRIBLE ASOCIADA A LA IRA Y LA VIOLENCIA

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Perspectiva Distinta Xq4tmu
Jorge Julio Otterstein. 

LA ENVIDIA HUMANA Y LA ENVIDIA SOCIAL.

Cuando la envidia es también patológica, psicopática y sistemática – como la ira - constituye otra enfermedad mental y psicológica severa.

Gran parte de la ira humana es acción voluntaria sistemática, ya sea por el desequilibrio emocional que afecta al individuo directamente o, en la acción y adicción que constituye agrado o satisfacción mental y psicológica.

¿Cuándo la envidia es algo grave?

La envidia, también derivada y asociada a la legión de la ira, es un cuadro gravísimo o potencialmente de alto peligro para la integridad social, como cualquier acto delictivo por lo que puede llegar a constituir en hechos de violencia humana.

Generalmente, cuando la persona es envidiosa enfermiza siente rabia, cólera, odio, malestar, fobia, irritación, venganza, etc., y que son síntomas derivadas o asociados de la ira - violencia.

Si una persona lograra extraordinariamente sentir envidia sin ira (mental y física) aunque sigue siendo un defecto de inseguridad, miedo y debilidad, sería un acontecimiento importante; igual como la mayoría de los defectos mentales y psicológicos humanos en donde apartamos a la ira, y el defecto en particular reduce su magnitud considerablemente.

Cuando la envidia es más terrible, es porque está ligada a la ira; cuando los celos son terribles, es porque están ligados a la ira; y así, el individuo poseído por los celos - ira - violencia, llega a cometer asesinatos y suicidios; porque no son los celos los que matan, eso es un error, es la violencia sistemática de la ira la que asesina; lo mismo puede llegar a suceder con la codicia y tantos otros asociados a la ira.

¿Cómo se puede dar cuenta una persona si siente envidia enfermiza?

La persona puede manifestar envidia con tal emoción, impresión e identificación, que llega a impactarla y dejarla casi paralizada; después a medida que reacciona se apodera de ella la ira y comienza un análisis negativo sobre la persona envidiada; luego de tanto desequilibrio emocional, amargura y cólera, continúa con la elaboración sistemática que puede llegar a proceder de cualquier manera y por cualquier medio para actuar en contra de la persona envidiada; en todo ello, puede tomar acciones apresuradas y viajes especiales para constituir hechos traumáticos y de violencia; y como es también, de acuerdo a su magnitud, una enfermedad contagiosa, la persona llena de envidia busca desesperada a los posibles individuos asociados y afines para contagiarlos y así alimentar y justificar aun con más fuerza a tal enfermedad y sus delitos potenciales en complicidad. Es más, personas envidiosas de este tipo, creyéndose fervientes cristianos, tratan de asociarse con Dios y el demonio al mismo tiempo para cometer sus fechorías y dicen con amargura:

Dios mío, ¿cómo es posible que esa persona haya logrado o descubierto tal cosa y yo no?


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